Había una vez un perro naranja que se llamaba Naranjito y era un perro mágico que le gustaba hacer desaparecer grandes cantidades de diamantes, pero luego de hacer su último supercalifragilistico pero horrible potaje de verduras, exploto y se derramó y manchó sus
pantalones de oro y los carísimos acabaron siendo verdes, a si que se compró un
Mi conciencia tiene para mí, más peso que la opinión de todo el mundo.